El nombre Arte Basal está inspirado en la idea o en el juego metafórico de considerar la expresión artística y creativa como una función básica, necesaria, elemental, esencial del ser humano.
La propuesta concreta de este taller parte, por un lado, de la consideración de las funciones basales o metabólicas de todo organismo vivo, como son en el ser humano la respiración, la digestión, el latido del corazón, el bombeo de la sangre, las conexiones neuronales… Aquello en nosotros que sencillamente es, más allá de la voluntad de nuestra mente, y cuyo pulso vital -y de algún modo su expresión- resulta imprescindible para el mantenimiento de la vida, así como para su expansión, desarrollo y reproducción en toda su magnitud y complejidad. Del mismo modo, en la propuesta de Arte Basal trabajamos adentrándonos en la experiencia de lo más sencillo y elemental, abriendo los sentidos, la percepción y la escucha a ese pulso vital interno y también externo, en todo lo vivo que nos rodea y, a partir de ahí, nos entregamos a la sorpresa del despliegue creativo.
En ese sentido, la otra idea que inspira esta experiencia es la de sabernos y sentirnos parte de un organismo mayor que es la tierra, el sistema terrestre; y cómo abrirnos a una práctica corporal, artística, meditativa y ritual que nos ayude a explorar esa relación. Ahí entra la concepción del arte, de la expresión creativa y artística del ser humano, como medio fundamental desde el comienzo de su historia para expresar esa misteriosa relación con aquello que nos trasciende y de lo que somos parte. También, quizá, para posibilitar o vehicular esa misma interrelación. Abrirnos a la experiencia artística como canal y como expresión de ese misterio vincular que intuitivamente tendemos a asociar a la magia, el sentido de belleza y de verdad.