El fin de aquella formación en arteterapia no fue más que el principio de todo un recorrido formativo que se fue desplegando a partir de entonces y en el que sigo y probablemente seguiré siempre. Tres ejes fundamentales han ido conduciendo mi búsqueda: la psicoterapia, el trabajo corporal y la creación artística. Así, en los últimos cinco años me he embarcado en el estudio del psicoanálisis a través de los seminarios anuales de filosofía y psicoanálisis de Miquel Izuel (psicoanalista y director del máster de arteterapia de la UDG) «La creación del sujeto, el sujeto de la creación» y «Formación en psicoanálisis para terapeutas» y de varias propuestas formativas sobre arteterapia junguiana de la arteterapeuta, astróloga y educadora Inez Marçal, así como el trabajo de psicología profunda realizado de la mano de Jaqui Zieler (psicoterapeuta, terapeuta bioenergética y especialista en haptonomía, que preside hace 20 años la Fundación Creavida) en torno al libro Mujeres que corren con los lobos y con el que estoy comprometida desde hace años.
Por otro lado, queriendo adentrarme más en la experiencia de la creación en sí misma y la exploración de la corporalidad, realicé el posgrado Cuerpo y Arte dirigido por Susana Estela (artista, pensadora, gran maestra y referente para mí) y coordinado por Andrés Waksman (bailarín, coreógrafo, creador, terapeuta y docente) en su maravillosa escuela Alas. A través de aquella formación me abrí sobre todo a la potencia transformadora y de desarrollo personal del proceso creador en sí mismo, sin pretensión terapéutica explícita. Allí conocí también a Antonio del Olmo (bailarín, terapeuta y excelente pedagogo, entre otras muchas cosas) y su propuesta de Proceso Corporal Integrativo (PCI).
Intuí entonces que el PCI contenía en sí e integraba de una manera muy precisa, clara, bella, coherente y también abierta y flexible, todo aquello que me interesa en este camino de exploración entre lo creativo y lo terapéutico (la psicoterapia, la danza, el yoga, la meditación, la bioenergética, el masaje, la expresión creativa…. todo ello puesto al servicio de una mayor integración de nuestros cuerpos mental, físico y emocional y a la apertura hacia la posibilidad de nuevos patrones de hacer y de ser). Así, realicé también esta formación en su escuela In Corpore, que además de aportarme lo que considero valiosísimo conocimiento y experiencia, me ha ayudado profundamente a asentar, estructurar, en definitiva integrar, mis saberes y herramientas, mis valores éticos, mi compromiso personal y profesional en relación a ello y el reconocimiento de la necesidad y el deseo profundo de estar cada vez más al servicio de las personas, del entorno y de la vida, a través de todo esto.
En la actualidad estoy profundamente interesada por todo lo que la relación sensible con la naturaleza nos puede aportar. Sobre todo por lo que sabernos parte de ella y relacionarnos con todo desde esa óptica transforma en nosotras mismas. Mi investigación más personal se encauza ahora por esos derroteros y es también desde el compartir de esa exploración que ofrezco algunas de mis propuestas, integrando en ello el trabajo corporal, la expresión artística/creativa y el enfoque terapéutico.
Así pues, aquí estoy y a eso me dedico. A compartir todo aquello que voy aprendiendo y desarrollando, a través de la facilitación de experiencias y procesos creativos en conexión con el sentir más íntimo y auténtico y a promover una escucha y un diálogo sensible con lo que nos acontece, así como una interrogación ética y estética sobre nuestro sentir y nuestro hacer, en relación, en el mundo.