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Muga-Gabe o abrirse al misterio
Un espacio para la auto-interrogación creativa y la expresión

En la lengua de mi tierra natal, el euskera, mugagabe es una forma de declinación indeterminada que se emplea, en lugar del singular o el plural, cuando el hablante desconoce o no concreta lo que está hablando. Así como también al referirse a los nombres propios.
Muga gabe, como composición de palabras independientes, significa sin fronteras, sin límites.
En arteterapia lidiamos con el Misterio, con aquello que no encuentra fácilmente palabras que lo definan, si no es mediante el proceso de experimentación y de creación a través de otros lenguajes.
Del mismo modo, se trata de un espacio con nombre propio para la auto-interrogación, la imaginación y la expresión sin fronteras.

Un proyecto de Andrea Eguren

La misión de Muga-Gabe es despertar y promover la soberanía creativa de las personas y contribuir a la sensibilización colectiva necesaria para impulsar el desarrollo del potencial humano, en conexión con un sentido vital deseante.

Desde una consideración sistémica y de red de la trama de la vida, parte del presupuesto de que todo trabajo evolutivo -al servicio del empoderamiento y el desarrollo de lo vital- realizado en la profundidad del mundo más íntimo y personal o en el seno de un grupo reducido de personas, tiene un reflejo en su red de relaciones con todo lo que le rodea (humano y no humano).

Así, trabajar de forma que crezca y se desarrolle en nosotr_s la ampliación de la percepción, la capacidad expresiva, la integración emocional, la flexibilización de nuestras lecturas y narrativas, la conexión sincera con nuestro poder/valor y nuestra vulnerabilidad, la comprensión de nuestros patrones vinculares y nuestras heridas y carencias nucleares, la compasión y la empatía hacia nosotras mismas y las demás personas y seres, el disfrute y el gozo del juego compartido, la comprensión intuitiva de que pertenecemos y participamos de algo más grande que nosotras, la liberación de permitirnos devenir y ser quienes somos a cada momento, la sensación de arraigo y sostén, la confianza en nuestra capacidad de crear y el deseo de hacerlo….

Todo ello contribuye a nuestra propia salud y a una relación más saludable, rica y sostenible con la propia vida y con nuestro entorno.


PCI Proceso Corporal Integrativo
Postgrado en Cuerpo y Arte
Master Arteterapia Transdisciplinaria y Desarrollo Humano
Metodologías participativas para la transformación social
Antropología social y cultural

   A día de hoy me doy cuenta de que mi camino y mi vocación en esta práctica -de auto-interrogación profunda, de exploración creativa en búsqueda y diálogo sensible con lo Otro (lo desconocido, lo diferente, en mí y en el mundo) y el empeño en experimentar alternativas vitales que dieran mayor protagonismo a la emoción, el juego, la poesía y la belleza- comenzó desde bien pequeña y se ha ido desarrollando de múltiples formas a lo largo de mi vida.

Mi relación más formal con la arteterapia comenzó hace once años, cuando decidí adentrarme en un proceso terapéutico a través de las artes expresivas con Maite Mena, artista y arteterapeuta junguiana que en aquél tiempo hacía sus prácticas y hacia quien siento profunda admiración y respeto. Aquel proceso me resultó tan revelador que despertó en mí el deseo de profundizar en ese tipo de conocimiento y de práctica. Así, decidí realizar mis estudios de máster en el Instituto de Arteterapia Transdisciplinaria de Barcelona (IATBA), dirigido entonces por Mónica Sorín y Mercedes Gysin. De la mano de estas dos maestras y otros preciados profesionales me sumergí en aquella formación que marcó un antes y un después en mi vida.

Entre tanto experimentado y aprendido en aquel proceso, comprendí y aprecié más que nunca hasta entonces el desafío que es desarrollarse desde la propia singularidad, creatividad, autonomía y la potencialidad que confiere la expresión artística en ese sentido, dentro de un marco o encuadre arteterapéutico.

Tres caminos significativos se abrieron para mí a partir de aquella formación:

  • El proceso personal de arteterapia que inicié entonces con Paloma Todd -admirada y querida artista, arteterapeuta y astróloga- y que duraría cinco años, más otros cuatro -hasta la actualidad- siendo mi mentora y supervisora (entre otras/os) de mi hacer arteterapéutico;
  • El proceso de prácticas que comencé entonces con varios grupos de personas trabajadoras sexuales en la Fundació Àmbit Prevenció, donde tuve la suerte de ser contratada posteriormente y trabajar durante dos años facilitando procesos grupales arteterapéuticos destinados a promover la sensibilización y el empoderamiento ante las desigualdades de género y la violencia machista, así como el fortalecimiento de la capacidad de resiliencia, la red de escucha y apoyo mutuo, la conexión con el deseo y la capacidad creativa. Aquellas primeras experiencias acompañando grupos a través del arteterapia, tan ricas y vivas como complejas y desafiantes, despertaron en mí un interés y un compromiso por todo ello que no ha hecho más que crecer y desarrollarse desde entonces;
  • «Finalmente», la iniciación en el descubrimiento o reconocimiento de mi propia forma de creación artística, que también ha seguido desarrollándose desde entonces y que sobre todo tiene que ver con la creación de figuras -escultura- , el diálogo creativo en y con la naturaleza, la escritura creativa, el movimiento expresivo y la acción performativa.

A partir de entonces he trabajado como terapeuta de artes expresivas en diversos proyectos formativos y de acción comunitaria, como la formación de agentes de género de la ONG Metges del Mòn y La Escola d’Economía Feminista de Barcelona, coordinada por la ONG Cooperacció. Pero, sobre todo, he realizado talleres y acompañado procesos arteterapéuticos grupales y personales de forma autónoma y en relación a diversas instituciones. 

El fin de aquella formación en arteterapia no fue más que el principio de todo un recorrido formativo que se fue desplegando a partir de entonces y en el que sigo y probablemente seguiré siempre. Tres ejes fundamentales han ido conduciendo mi búsqueda: la psicoterapia, el trabajo corporal y la creación artística. Así, en los últimos cinco años me he embarcado en el estudio del psicoanálisis a través de los seminarios anuales de filosofía y psicoanálisis de Miquel Izuel (psicoanalista y director del máster de arteterapia de la UDG) «La creación del sujeto, el sujeto de la creación» y «Formación en psicoanálisis para terapeutas» y de varias propuestas formativas sobre arteterapia junguiana de la arteterapeuta, astróloga y educadora Inez Marçal, así como el trabajo de psicología profunda realizado de la mano de Jaqui Zieler (psicoterapeuta, terapeuta bioenergética y especialista en haptonomía, que preside hace 20 años la Fundación Creavida) en torno al libro Mujeres que corren con los lobos y con el que estoy comprometida desde hace años. 

Por otro lado, queriendo adentrarme más en la experiencia de la creación en sí misma y la exploración de la corporalidad, realicé el posgrado Cuerpo y Arte dirigido por Susana Estela (artista, pensadora, gran maestra y referente para mí) y coordinado por Andrés Waksman (bailarín, coreógrafo, creador, terapeuta y docente) en su maravillosa escuela Alas. A través de aquella formación me abrí sobre todo a la potencia transformadora y de desarrollo personal del proceso creador en sí mismo, sin pretensión terapéutica explícita. Allí conocí también a Antonio del Olmo (bailarín, terapeuta y excelente pedagogo, entre otras muchas cosas) y su propuesta de Proceso Corporal Integrativo (PCI). 

Intuí entonces que el PCI contenía en sí e integraba de una manera muy precisa, clara, bella, coherente y también abierta y flexible, todo aquello que me interesa en este camino de exploración entre lo creativo y lo terapéutico (la psicoterapia, la danza, el yoga, la meditación, la bioenergética, el masaje, la expresión creativa…. todo ello puesto al servicio de una mayor integración de nuestros cuerpos mental, físico y emocional y a la apertura hacia la posibilidad de nuevos patrones de hacer y de ser). Así, realicé también esta formación  en su escuela In Corpore, que además de aportarme lo que considero valiosísimo conocimiento y experiencia, me ha ayudado profundamente a asentar, estructurar, en definitiva integrar, mis saberes y herramientas, mis valores éticos, mi compromiso personal y profesional en relación a ello y el reconocimiento de la necesidad y el deseo profundo de estar cada vez más al servicio de las personas, del entorno y de la vida, a través de todo esto. 

En la actualidad estoy profundamente interesada por todo lo que la relación sensible con la naturaleza nos puede aportar. Sobre todo por lo que sabernos parte de ella y relacionarnos con todo desde esa óptica transforma en nosotras mismas. Mi investigación más personal se encauza ahora por esos derroteros y es también desde el compartir de esa exploración que ofrezco algunas de mis propuestas, integrando en ello el trabajo corporal, la expresión artística/creativa y el enfoque terapéutico.

 Así pues, aquí estoy y a eso me dedico. A compartir todo aquello que voy aprendiendo y desarrollando, a través de la facilitación de experiencias y procesos creativos en conexión con el sentir más íntimo y auténtico y a promover una escucha y un diálogo sensible con lo que nos acontece, así como una interrogación ética y estética sobre nuestro sentir y nuestro hacer, en relación, en el mundo.  

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