
¿Para qué Arte Basal?
Cada encuentro de Arte Basal es un mundo, una experiencia inspirada y de algún modo guiada por el propio entorno y, por lo tanto, siempre única y diferente a las anteriores. Durante cuatro días y noches y a través de múltiples prácticas-meditativas, corporales, artísticas, poéticas- nos dedicamos a establecer diálogos significativos en lenguajes inesperados. Diálogos íntimos con el entorno y con nosotros mismos, nuestros miedos y deseos, con la vida misma y el Gran Misterio. Profundizamos en nuestra experiencia subjetiva de ser seres mediales entre el cielo y la tierra y dejamos abiertos algunos diálogos con la estrellas. De esta manera también el encuentro entre nosotr_s se convierte en algo realmente auténtico y de mucha riqueza. De forma natural se abre una dimensión ritual en la que sintiéndonos sostenid_s por la vida podemos abrir el corazón y mirar a la realidad de frente, sentir tanto el dolor como el amor y la gratitud y conectar con la inspiración y con el sentido para hacernos nuevas y valiosas preguntas hacia el buen vivir, como ancestr_s del futuro que somos.
¿Y todo esto para qué?
Para recordar quiénes somos. Para contribuir al despertar de la sensibilidad y de la conciencia que se sabe libre y desde ahí conectar con la responsabilidad. Para salir de la ilusión de sentirnos separados como individuos y centrales como especie y despertar al hecho de que formamos parte de un gran entramado vital. Para sentirlo con todas nuestras células, conectar profundamente con la belleza y con el orden implicado y empapad_s de eso darnos al mundo. Para llenarnos de vida y no temer sentir, sostener y atravesar el dolor. Para llenarnos de vida y celebrar la oportunidad de ser nosotros mismos, en relación. Para poder mirar también a la gran distopía de frente y articular nuestro pensamiento colectivo y capacidad creadora atreviéndonos a “no saber”. Y eso, todo eso, ofrendárselo al mundo en todas nuestras relaciones y por ellas.