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Sobre Devenir Creador(a): un trabajo arteterapéutico en relación al tránsito del planeta venus y el mito de Inanna

Yo no soy astróloga ni tampoco una estudiosa de los antiguos mitos y deidades femeninas, pero sí soy alguien que se sabe parte de una relación bella y misteriosa entre el cielo y la tierra y hace años -al menos 8- que vengo ciclando con la luna y más tarde también en relación a venus, siguiendo la inspiración y la guía de quien durante bastantes años fue mi terapeuta y supervisora de mi trabajo como arteterapeuta, Paloma Todd Montes. Paloma es astróloga, artista y arteterapeuta y tiene un trabajo profundísimo, de una lucidez y un compromiso tremendos, que recomiendo a cualquiera que tenga interés y que yo personalmente sigo.

Durante el ciclo anterior de venus en Capricornio, abrí la propuesta de un pequeño grupo de trabajo arteterapéutico y de acompañamiento mutuo -en el que yo también participo activamente, además de guiar- en el que quise explorar una manera particular -muy personal y subjetiva- de prestar atención y dialogar creativamente con lo que sea que el contacto y la relación con el tránsito de este planeta y un antiguo mito asociado a él, el mito sumerio de Inanna, despierta y moviliza en cada un@ de nosotr@s.

Ha resultado ser una experiencia de tremenda riqueza y deseo volver a proponerla para este nuevo ciclo de Venus en Leo.

El desplazamiento del planeta venus alrededor del sol sigue un patrón matemático y geométrico exacto y constante que se completa al cabo de ocho años, dibujando una gran flor. Las proporciones del trazo que dibuja en su danza corresponden a la que conocemos como la proporción aurea; esa que se encuentra en toda creación de la naturaleza, incluidas nosotr@s y nuestras partes, y que también naturalmente asociamos al principio de belleza, orden y armonía. En esos ocho años, venus completa cinco vueltas al sol. En cada una de esas vueltas podríamos decir que dibuja un pétalo y cada una de ellas está teñida por la influencia energética de una constelación en la que venus se encuentra en conjunción interior con el sol cada ocho años: Aries, Géminis, Capricornio, Leo y Libra.

Otro aspecto bastante conocido sobre venus, dado que es el planeta más visible a nuestros ojos y resulta especialmente llamativo, es que durante 8 meses lo vemos como estrella del amanecer, después desaparece a nuestra vista durante más de cuarenta días y cuarenta noches -pues realiza una conjunción exterior con el sol- y vuelve a aparecer como estrella de la noche, durante otros ocho meses. Muchas culturas antiguas del mundo tienen mitos asociados a esta estrella del cielo que claramente asciende y desciende en él y que durante un tiempo desaparece.

En ese ciclo de descenso desde su posición más alta y clara en lo alto del cielo antes del amanecer hasta su desaparición tras la línea del horizonte, venus realiza siete conjunciones exactas con la luna menguante. Después, desaparece como decíamos a nuestra vista desde la tierra y al reaparecer en el horizonte del oeste como estrella de la noche, vuelve a tomar siete meses para completar su camino de ascenso realizando siete conjunciones con la luna creciente hasta llegar a su cénit.

En varias culturas y tradiciones se ha relacionado este proceso de venus con el viaje de descenso al inframundo y de ascenso desde él, asociado a los procesos de individuación o a eso que conocemos como el camino del héroe. El mito sumerio de Inanna, concretamente, sigue de una manera muy precisa cada uno de los pasos de venus en su ciclo, asociando cada una de esas siete conjunciones con siete portales de descenso y de ascenso, que tienen que ver con elementos e información claramente asociados a los siete chakras y que nos ofrece una narrativa y una guía inspiracional preciosa a partir de la cual adentrarnos creativamente en este proceso de la mano de venus.

Un tránsito que requiere la valentía de sentir, de mirar, reconocer y aceptar lo que sea que nos limita, nos condiciona y nos dificulta ser quienes somos plenamente, sin culpa ni vergüenza y abiert@s al potencial de nuestro desarrollo. Un camino que nos invita a hacer los duelos necesarios y también a practicar un ejercicio constante de composta de eso que ya no nos sirve más, de modo que pueda servir como parte del suelo fértil y el combustible para nuevas formas de percibirnos, de estar y de hacer en el mundo y en nuestra más profunda intimidad. Es también una propuesta a través de la cual fortalecer nuestro deseo consciente y activar nuestros recursos más vitales.

Y ese es en definitiva el objetivo y el sentido del Devenir Creador: encontrarnos periódicamente a lo largo de este ciclo, en pequeña comunidad, y poner las herramientas de la creación y la arteterapia al servicio de este camino de toma de conciencia, de elaboración, y de fortalecimiento de nuestra integridad y de nuestro compromiso deseante.

Es un misterio para mí lo que puede traernos este ciclo de venus en Leo. Lo que sé es que siento el llamado de volver a proponer este espacio de acompañamiento y que confío plenamente en su devenir creador. Si sientes tú el deseo de participar o de hablar sobre ello, ponte en contacto conmigo. ¡Hasta pronto!

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