
Sobre el origen y el recorrido de Arte Basal
Mi entrega a las exploraciones creativas, animistas y rituales en la naturaleza viene desde bien pequeñita en los bosques de mi pueblo, Bajauri o en su nombre antiguo Bassahuri (lugar o pueblo de bosques). Hace ahora nueve años, siguiendo esa misma espontaneidad intuitiva y aunando muchos de mis intereses y experiencias formativas y personales, comencé a guiar procesos grupales de inmersión profunda en la naturaleza y de investigación creativa y experiencial en ella y con ella.
Inspirada por «Mujeres que corren con los lobos» de Clarissa Pinkola Estés, propuse inicialmente exploraciones en el territorio guiadas por los cuentos. Aquellas experiencias en bosques, ríos, cuevas, montañas… me llevó a plantearme cómo sería abrirnos a dialogar directamente con el entorno, sin «pretexto»; venir al encuentro de la propia naturaleza, abrirnos a la escucha de los lugares y al diálogo creativo con lo emergente. Con ello se abrió todo un mundo de experimentación y estando plenamente adentrada en él, fue que fui descubriendo tantos autores que desarrollan un amplio campo de pensamiento en torno a esto que estábamos vivenciando y a cuyo estudio me fui entregando también más y más.
A partir de aquellas primeras experiencias se fue conformando lo que hace cinco años bauticé como Arte Basal y cuyo espíritu y propia fuerza y entidad va guiando mi camino y mi servicio. En este tiempo se han realizado catorce encuentros en preciosos enclaves naturales de España, las Islas Canarias, Santa Fe y la Patagonia argentina.
Hay personas que han estado en varios o muchos de los encuentros realizados en España, pues se trata siempre de una experiencia única e irrepetible y también de un trabajo humano y grupal que realmente nos conecta de una manera muy especial y nutritiva con la propia vida y entre nosotres.
Personalmente me siento muy agradecida por todo ello y me gusta decir, pues es así como lo percibo, que es el espíritu del Arte Basal el que guía todo este despliegue creativo y vincular. Siempre con la pregunta abierta de «cómo sigue» y a la escucha de las indicaciones que se van presentando. Siempre desde un lugar de humildad, de entrega y de respeto, para un bien mayor. Pues no se trata de un taller o de un retiro de arte en la naturaleza que busca reproducirse a sí mismo, sino realmente de una relación y un diálogo abierto que responde a su propia naturaleza, a sus propios ritmos y a las vicisitudes de su engranaje y de su aporte a algo mayor… al Gran Giro del que habla Joanna Macy y al que de tantas otras maneras se refieren muchas otras personas y pueblos. Desde ese deseo y esa intención profunda, el abrir las preguntas y el seguir caminando.